1 Cuando nosotros, sus apóstoles, llegamos a la tumba de Jesús al tercer día, entendimos nuestro grave error.
2 La piedra que aguardaba la entrada de la tumba no había sido asegurada apropiadamente. Bestias malévolas y demonios depredadores habían entrado por la pequeña abertura y habían revivido y poseído el cuerpo mutilado de nuestro Señor. Sus mortajas se mancillaron con sangre negra y pegajosa; la ropa de cama estaba pisoteada y contaminada por pezuñas fangosas.
3 No hubiéramos podido soportar decírselo a María Magdalena, la amada del Mesías.
4 Sin embargo, «¡Jesús ha resucitado!», gritamos, para repartir el regocijo entre sus seguidores y sus enemigos por igual, en la ciudad, a las montañas y los cañones y las nubes de lluvia y las estrellas.
5 Nadie nos escuchó. Porque ya habían oído al Siniestro aullando en el desierto. Habían olido el azufre y el olor del incienso recocido. Ellos, como nosotros, se habían escondido en sus casas mientras la criatura de ojos muertos que gruñía deambulaba por los callejones oscuros de Jerusalén, rezumando sangre y fluidos de sus heridas en manos y pies, con vísceras y cueros cabelludos humanos atrapados en su barba desaliñada.
6 María Magdalena, lo suficientemente inteligente como para ignorar nuestro engaño, rogó a Dios para pedirle un consejo.
7 «Necesito hacer un plan —tronó Dios—. Mientras tanto, usa las batas de mi hijo y una barba de pelo de caballo. Pinta tus palmas con sangre. Convence a todos de que eres el Mesías».
8 María volvió al día siguiente.
9 «¿Cómo luzco?».
10 «Encantadora, querida», chirrió Dios desde las nubes, como un coyote tratando de hablar.
11 «Disculpe mi imprudencia —dijo María—, pero este disfraz nunca funcionará. Sabrán que soy una impostora. ¿Por qué no puede llevar a su hijo al Cielo y curarlo? ¡Póngale fin a la carnicería que Aquello ha causado!».
12 La voz de Dios gorgoteó y se rio. «Lo hice, lo hice. ¿No lo ves? ¡Ja! ¡Traje a Jesús al Cielo! Pero luego evisceró y devoró a su propio Padre, ¿y ahora quién es el impostor? Sin embargo, no te preocupes. ¡Tu gente tendrá un Dios muy pronto!».
13 La cosa que una vez se hizo pasar por Jesús, y ahora era Dios, chilló de risa. Las nubes llovieron la sangre del cordero.
14 Bajo el terror, María corrió a Jerusalén, aún con las batas y la barba.
15 «¡Ha resucitado!», gritó la gente cuando la vio, y bajaron el rostro a la tierra manchada de sangre.
Jamas se han llegado a imaginar...¿que la locura de Jeff puede ser desbordante?, ¿tanto para que alguien con una cordura extremadamente frágil pueda llegar a enloquecer tanto como el por distintas circunstancias? hace poco me entere de una nueva asesina, me quede pasmada al saber de ella, aunque lo primero que pensé fue que solo era una fanática loca de Jeff The Killer debido a su apariencia, pero luego de hacer una profunda investigación de ella... descubrí que era peor que un monstruo. las cosas fueron así: -Historia Extraído de un diario local: Extraños asesinatos sin explicación ni rastros de culpable se han multiplicado tras varios meses, se tenía en sospechas al asesino que se investigó tiempo atrás, pero se encontró un testigo que decía anunciar que no era un asesino, ¡si no 2! Aterrorizando distintas ciudades, se desconoce si trabajan juntos o por separado, mas por suerte se pudo encontrar este chico y difícilmente nos contó desde el hospital lo que sucedió. E aquí lo que dijo el chico: “todo sucedió una noche” narro el chico “caminaba de mi trabajo a la casa, estaba por unas calles bastante desoladas, había decidido tomar un atajo nuevo, para cambiar la rutina…gran error. Ya a mitad de camino empecé a sentir que me observaban y a escuchar pasos, voltee rápidamente buscando que no fuera un ladrón, pero no encontré nada, así que solo tome todo como producto de mi imaginación, continúe caminando pero la sensación de ser observado se hiso más fuerte, y los pasos los oí más cerca, y al voltear observe algo acercarse a mi rostro y por reflejo lo esquivo, de pronto, en un momento veo a una chica de cabellos negros y chamuscados con una mecha fucsia bastante resaltante, su cuerpo y altura apuntan a una chica de 17 0 16, aunque su rostro no parecía para nada humano, su piel era inhumanamente blanca, sus ojos me miraban con una sed de sangre, estaban sumamente abiertos y se veía una extraña cocedura en sus ojos, su sonrisa…era tan sobrehumana, era tosca y estaba…cortada. Me quede parado durante un minuto, allí, sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo. Ella no soltó ninguna palabra, solo se quedó allí parado por lo que pareció una eternidad, y al fin, La chica solo soltó una palabra mientras inclinaba la cabeza de un lado de una forma en que una sicópata podía hacerlo, que inmediato me helos nervios; “Ve a dormir mi príncipe” Inmediato reaccione y emprendí la carrera a la dirección contraria de ella, corrí como nunca, pero no fue suficiente, ya que oí los pasos de la chica seguirme, para luego sentir su peso sobre el mío, seguido de un frio filo atravesar mi brazo. Caí al suelo con un gemido de dolor, la chica me apreso al suelo soltando una histérica carcajada, saco su cuchillo de mi hombro y rasgo mi camisa, haciendo una extraña caricia en mi abdomen desnudo, observándome con detalle, pero por suerte, escuchamos la voz de un policía que había llegado, estaba apuntándole con un arma, la chica se incorporó rápidamente y el policía soltó varias balas a su dirección, pero esta las esquivo como si de hojas cayendo de árboles se tratase, sin dejar de soltar esa carcajada, se alejó de allí escalando varias de las casas. Jamás podre olvidar esa mirada…y mucho menos esa risa…” Luego de la entrevista se encontró al joven en su casa, despedazo y con falta de órganos que se encontraron en la casa, esta se hallaba llena de sangre por todos lados, y la habitación donde se encontró el cuerpo, en la pared se encontró escrito con sangre “no te fuiste a dormir príncipe”. Si encuentra a la joven de la descripción, o al asesino de la vez pasada, por favor pónganse en contacto con la policía. Origen de Nina The Killer Nina Hopkins, de 11 años de edad, fue trasladada a una nueva escuela para estar más cerca de su casa. Una mañana de domingo, un día antes de su primer día en su nuevo colegio, despertó y fue al baño y se lavó los dientes, seguido se fue de nuevo a su cama y tomo su laptop para conectarse. Nina no era de esas chicas que se levantaban con energía para abrir la ventana y dejar entrar la luz para hacer algo productivo en el día, no, ella simplemente disfrutaba de sentarse a ver animados japoneses, o escuchar música como rock, J-pop o pop, jugar videojuegos o simplemente tocar la guitarra. Así le gustaba ser y así amigos y familiares la querían. Pero esta vez ella no quiso hacer ninguna de las cosas que normalmente hacía, no, esta vez quiso leer por milésima vez “el origen de Jeff The Killer” ella adoraba los creepypasta, pero ese, era su preferido, sentía una extraña atracción hacia él, de admiración más que todo. Cada vez que lo leía sentía un extraño impulso invadirla, pero exactamente por eso, disfrutaba ese extraño impulso. Cuando iba leyendo, de pronto hoyo la puerta, rápidamente levanto la mirada encontrándose con su pequeño hermano Chris y sus hermosos ojos verdes, Chris era el príncipe de Nina, lo adoraba y solía llamarlo así porque todas las noches le contaba historias de hadas para dormirlo, a ella también le gustaban esas historias. Chris era de cabello negro bastante oscuro, tez blanca y ojos verdes claros, igual a su difunto padre, en cambio ella era de cabellos castaños claros, tez blanca y ojos azules claros, ella era muy parecida a su madre. “Hermanita, a comer” alego el niño con una sonrisa inocente. “Ya voy mi príncipe” anuncio Nina pellizcándole una mejilla en forma de cariño. Dejo la computadora a un lado y bajo a comer. A la mañana siguiente, Nina y Chris iban a clases, Nina se levantó y se vistió con una camisa de sus camisas favoritas, y mientras tomaba su bolso sintió algo extraño…como un extraño jalón, que le hizo sostener su cabeza en un intento de mantenerse parada, haciendo que una extraña y pequeña sonrisa se formase en su boca, de pronto hoyó la voz de su madre traerla a la realidad y de inmediato tomo el bolso y bajo ignorando por completo lo sucedido, espero a Chris frente a la puerta. Poco después bajo el niño bastante apurado. “¿Listos?” pregunto la madre. “¡Si!” respondieron ambos. “Bien, suerte en la escuela” anuncio su madre volviendo a la cocina. “¡Adiós mama!” respondieron ambos chicos saliendo de casa. Llegaron a la escuela caminando ya que a Nina le pareció molesto tomar el autobús. Se dividieron y Nina fue a la secundaria mientras su hermanito a la primaria. Nina sintió la clase un infierno, aparte de larga. Nina salió y fue en busca de Chris a su salón, al este salir ambos decidieron buscar un lugar tranquilo donde comer sin necesidad de tener que aguantar a todos los alumnos jugando a sus alrededores, así que encontraron un jardín detrás de la escuela donde casi no había nadie, ni un profesor ni un alumno, así que se sentaron pasiblemente a comer, pensando que tendrían un desayuno tranquilo, pudieron divisar unos pasos acercarse a ello. Nina levanto la vista y se encontró con una chica mucho mayor que ella, cabello negro y ropa algo callejera. “Vaya, vaya ¿pero que tenemos aquí? Alumnos nuevos” anuncio la chica “mi nombre es Claudia, y yo mando en este colegio, y si no obedeces lo que digo…pagaras caro” alego mientras sacaba una navaja de su jeans, de pronto unos dos chicos salieron de un árbol cerca “conozcan a Mailcom y Yoni” Nina se incorporó rápidamente y se puso enfrente de Chris para protegerlo. “Oigan, no queremos problemas, solo queremos desayunar tranquilamente” aclaro Nina. “Ah, ya veo, pero ustedes no deberían estar aquí, esta zona es nuestra” anunció Claudia acercándose a ellos. “¡Eso es estúpido!, ¡ustedes no tienen derecho a mandar a nadie!” exclamó Chris posando enfrente de Nina y recibiendo un fuerte golpe en el estómago de parte de Yoni. Chis callo en los brazos de Nina tras el golpe. “¡CHRIS!” exclamó Nina sosteniéndolo en sus brazos. “Bien, si no quieres ser la siguiente, te recomiendo obedecer y salir de aqui” alegó Claudia acariciando el rostro de Nina con el cuchillo. Nina no hizo nada más que soltar un golpe limpio en la cara de Claudia tumbándola al suelo, Nina rápidamente soltó a Chris y se abalanzo a Claudia tomando el cuchillo y clavándolo en el hombro de Claudia. Mailcom sostuvo a Nina de la espalda y la apreso en sus brazos. Esta soltó una fuerte patada en la entrepierna del chico tumbándolo al suelo, Nina volteo rápidamente para soltar varias patadas en la cara del chico y hacer que botara sangre por la nariz y boca. Yoni de inmediato se acobardo al ver la reacción de la chica hacia los ataque y emprendió la carrera lejos de ella, pero inmediato Nina lo noto y corrió hacia Yoni tomando la navaja del hombro de Claudia y se abalanzo al chico clavándole la navaja en el estómago. “¡NINA, BASTA!” hoyó la chica de su pequeño hermanito, Nina inmediato volteo a verle y le observo, esta tenía una mirada muy sorprendida. Nina soltó a Yoni y dio unos pasos atrás viendo sus manos algo manchadas de sangre, se sentía como un mounstro…pero tenía que admitirlo…otro lado se sentía extremadamente bien, y el impulso se calmó, volteo de nuevo a su hermano que seguí allí sorprendido sin poder soltar una frase, Nina corrió hacia él y le tomó del brazo. “Vamos, no podemos estar aquí por mucho” y se fueron del patio. Luego de eso Nina se fue a lavar las manos para llevar a Chris para que revisaran el golpe. Nina evito a toda costa mencionar algo sobre eso, Chris solo pensaba que fue un impulso para defenderlo…pero ella sabía que algo más sucedía allí, sabía que era algo más fuerte y horrible, esa sensación de sentirse poderosa y fuerte…La necesidad de lastimar a alguien. El día paso rápido y cuando los hermanos volvieron se sentaron a comer con su madre. “Bien!, ¿y cómo les fue en la escuela?” pregunto su madre con una sonrisa dulce. “…” Chris se estremeció al tratar de responder esa pregunta. “Excelente” comento Nina formando una sonrisa algo sicótica. Nina subió a su cuarto luego de comer y abrió su closet encontrándose con su colección de Jeff The Killer, eran varios posters, diferentes chapas, algunos cuadernos viejos que los había forrado con él, algunos muñecos y peluches, tomo uno pequeño que le encantaba y se tiro a la cama con este, y lo observo…con su siniestra sonrisa que a ella ni le asustaba o intimidaba de lo más mínimo, lo contrario, en cierta forma le divertía, lo miro por un rato y luego susurro. “Jeff…¿tu me haces esto…?”. Luego del incidente buscaron y buscaron a los culpables de la pelea, pero no los encontraron, y como pensarían que fue una niña de 11 años como Nina, oh un niño de 6 años como Chris, ellos tenían eso a su ventaja para no levantar sospechas, y como todo sucedió el primer día de clases, muchos no podían decir si Nina estuvo allí ya que muchos no la conocían, y tampoco era de llamar mucho la atención, por eso no muchos sabían si ella fue ese día o no. Aunque a pesar de todo, Nina un día abrió su casillero encontrándose con una nota que le decía; “Sé lo que hiciste…pero no te preocupes…no le diré a nadie, eres hábil…pero peligrosa” Nina no hayó firma ni nada que le identificara, no tenía en la más mínima idea de quien lo había enviado…se le ocurrió alguien, pero decidió no tomar en cuenta esa nota, si no diría nada quien sea que lo envió, bien por ella. Por otro lado, la cordura de Nina no mejoraba, ya que enloquecía tanto que tomaba un cuchillo y se sentaba gran parte de la noche junto al cuarto de su hermano o de su madre. Un día, Chris jugaba con sus nuevos amigos de la cuadra, y ya estaba anocheciendo, así que la madre de Nina; Mónica, le pidió que fuera por él. Nina salió y vio a lo lejos los niños jugar, cuando se acercó no pudo divisar a Chris, y se empezó a preocupar, se acercó a los niños y les pregunto dónde se encontraba Chris, y estos les respondieron que se había ido con una chica mayor que ella, Nina se preocupó mucho y volvió a casa a tomar el cuchillo que tenía escondido en su cuarto y sin que su madre se enterara salió. Fue en busca de Chris rogando porque no le pasase nada, llegando a un más lejos de la casa. Paso mucho tiempo y Nina no pudo dar con Chris, empezando a desesperarse y llorar. En eso escucho un carro acercarse, este paro junto a Nina y esta dio unos pasos para atrás evitando que le fuesen a hacer algo, en eso las puertas se abrió y salió Chris dándose al suelo, se escucharon unas risas provenientes del carro que inmediato arranco. Nina rápidamente sostuvo a Chris es sus brazos nerviosa y se encontró con el pobre niño golpeado y con la ropa algo desbaratada. “¡Chris!, ¡dios santo! ¿¡que sucedió!?” exclamo Nina sosteniendo el pequeño cuerpo de su hermano. “E-ellos me…al-allí Nina…me…to-tocaron” alego Chris con mucha dificultad y echándose a llorar en el pecho de su hermana mayor, Nina trato de controlar algo que le gritaba adentro, una y otra y otra vez, sentía una ira controlarla, levanto a su hermano en brazos y lo llevo rápidamente a un hospital para que tratasen los golpes y demás que tuviese. Allí Nina llamo a su madre y le informo lo sucedido, su madre se fue lo más rápido que pudo al hospital, y allí llego y le informaron a ambas que tenía fuertes golpes y hemorragias internas y los rastros de violaciones fueron encontrado, la madre de Nina se echó a llorar y Nina solo se mantuvo callada a la situación, evitando a toda costa soltar esa necesidad de lastimar a alguien. Al día siguiente le dieron de alta a Chris, pero le pidieron que se mantuviera un tiempo en reposo, así que durante 3 semanas Nina cuido a Chris contándole historias y ayudándole mucho con sus medicinas. Y mientras Nina iba a la escuela, de nuevo, le dejaron una nueva nota, que decía así; “siento lo de tu hermano…espero se recupere, no pienses que estás sola…estoy yo aquí, seré tu amigo…pero lamentablemente a distancia…” Nina sintió un leve rubor a eso, reviso de nuevo la carta y no encontró ninguna firma. Pasaron las semanas y toco ir a Clases para Chris, este fue de muy mala gana, y más porque ese día era día de la foto escolar, así que Nina busco algo descendente que ponerse sin dar con mucho más que una falda negra de cortes, unas medias de rayas negras con vinotinto, unos convers de color negro, una franelilla de rayas negras y azules, sus guantes favoritos sin dedos y se recogió el pelo con un lazo rojo sangre. Aun así sintió que le faltaba algo, así que busco en su armario encontrándose con su suéter favorito morado, el cual le recordaba al suéter de Jeff The Killer, así que se lo puso y bajo las escaleras encontrándose con su hermanito que le esperaba en la puerta, ambos salieron despidiéndose de su madre. Llegaron al colegio, esta vez fueron en autobús para evitar que los que le hicieron eso a Chris no buscaran joderles en el camino. Llegaron al colegio encontrándose con una sorpresa no tan grata. Claudia, Mailcom y Yoni caminaban por medio del pasillo, con aire de pocos amigos. Nina estaba consciente del motivo del por qué sus caras, la buscaban a ella y a Chris. Nina reacciono y tomo a Chris del brazo sacándolos del pasillo donde estaban y evitando a toda costa que los vieran. El día paso rápido y ni Nina ni Chris se encontraron al trio, o eso es lo que ella creía. De vuelta Clases, Nina sintió que les seguían, así que al voltear recibiendo un golpe en la cara, cayó al suelo y busco a su hermano, encontrándolo apresado en los brazos de Mailcom, Nina trato de levantarse pero recibió un nuevo golpe en la barriga, cayó de nuevo al suelo y miró arriba viendo a Claudia. “Por fin te tengo donde te quería mocosa” Anuncio Claudia posando enfrente de ella “pagaras por lo de la última vez” alego está sacando un arma. “No me importa un coño pelear con ustedes, además si los vencí una vez puedo hacerlo otra…¡son mierda!” gritoneó Nina tratando de incorporarse, enseguida Claudia fue a soltar un tiro en la cabeza de Nina, pero esta reacciono rápido y soltó una patada en el arma para que no le diera. Nina se incorporó ágilmente y corrió a una casa abandonada cerca, encerrada dentro, subió por las escaleras siendo perseguida por el trio, sintió la oleada de balas que le perseguían, pero cada bala fue una bala perdida, Nina se encerró en el baño, buscando desesperadamente algo para defenderse. “¡Sal Nina!, ¿¡te quedaras allí sabiendo lo que le hice a tu hermano esa noche!?,¡que imbécil!” Gritoneo Claudia desde afuera. Nina sintió una oleada de odio e ira, y de nuevo…esa necesidad de matar. Nina busco por la habitación donde se encerró encontrando un fierro occidado con punta, Nina lo observo por un breve momento formando una sonrisa torcida en su rostro, tomó el fierro y salió esquivando las balas del trio como si de hojas se tratase, acercándose al trio, tomo el fierro y atravesó la cabeza de Yoni soltando un chorro de sangre, algo de la sangre cayó en la cara de Nina, y allí…algo no pareció funcionar bien, algo se rompió…como si de un fino hilo se hubiese roto…ese hilo que dividía la locura de la cordura. Claudia y Mailcom dieron unos pasos atrás, Nina volteo a su dirección mostrando una sonrisa sicótica junto con una mierda penetrante y horrenda, haciendo que hasta Chris se estremeciera, Claudia intento correr junto con Mailcom, Nina les siguió impidiéndoles pasar, golpeo a Claudia dejándola semi-incosiente en el suelo, seguido le dio a Mailcom para que soltase a Chris, el cual callo en el piso mirando con horror a su hermana. Nina golpeo repetidas veces a Mailcom, abriéndole una herida en la cabeza, dando tantos golpes hasta dejar su cabeza como un multo de rojo carmesí. Claudia trato de moverse para tomar el arma, pero Nina le piso la mano para que no lo tomara, Claudia levanto la mirada encontrándose con el penetrante mirar de Nina, esta negó con la cabeza y atravesó el fierro justo en su corazón. “Ni-Nina…¿t-te sientes bi-bien” alego Chris con horror, Nina volteó a verle con la cara un poco más relajada, pero sin borrar su sonrisa. “¿Sentirme bien…? ¡ME SIENTO ECXELENTE!, ¡vamos mi príncipe!, debemos volver a casa~…” alego Nina cargando a Chris, cosa que le extraño a él, ya que a ella siempre se le complicaba eso. Nina y Chris volvieron a casa, Nina no se dejó ver por su madre ya que se encontraba llena de sangre, así que subió rápidamente a su habitación y se arrodillo a la orilla de su cama hundiendo la cabeza en sus brazos mientras se la sostenía. Nina apretaba los dientes, como evitando que “eso” saliera, Nina, con la poca conciencia que le quedaba tomo su laptop y escribió una nota…una nota que tal vez nadie jamás leería. La noche cayó y la madre de Nina y su hermano dormían pasiblemente, en cambio Nina no podía, esa necesidad no le dejaba, así que se levantó, aun no se quitaba la ropa de ese día, y se miró en el espejo, veía una cara común, así que sin borrar su sínica sonrisa la cual cargaba desde mucho, bajo las escaleras dispuesta a hacer la locura más grande de su vida. Entro a la cocina tomando una botella de Vodka, la puso en la mesa y busco un bote de lejía en los gabinetes de abajo, sin encontrar nada, se empezaba a obstinar. “¿Dónde estás pedazo de lejía…?” gruño Nina buscándolo. “¿Buscabas estos pequeña…?” oyó Nina una voz a su espalda, volteó y se encontró con una sorpresa bastante reconfortante al ver a un chico en la entrada de la cocina sosteniendo el bote de lejía, el chico tenía una piel extremadamente blanca, su pelo era negro y chamuscado, cargaba con una sonrisa tosca y horrenda. “Ah~…que reconfortante sorpresa…Jeff The Killer” alego Nina con una mirada un tanto desafiante. “Te he visto durante un tiempo…me parece que tu coco ya se fue al caño…¡¡¡hahaha!!!” alegó Jeff con gracia. “¡Estas en lo correcto! Así que necesito ese bote de lejía si me permites…” añadió Nina dándole la mano para que se lo diera. “Aw~…¡déjame ayudarte!” exclamo Jeff abriendo el bote y echándoselo a Nina enzima, ésta boto un quejido cuando el lejía entro a sus ojos, seguido se dejó caer sentada sobre el suelo. Nina sintió otro líquido correr por su cabeza, levanto al mirada y Jeff tenía el yesquero en manos. Nina sonrió y le miro desafiante. “¿Qué esperas…?...hazlo” alego la chica con burla, Jeff sonrió ampliamente y encendió el Yesquero. “Go to sleep…” agrego dejando caer el Yesquero. Inmediato, cuando las llamas tocaron apenas la piel de Nina esta soltó un estruendoso grito, sentía un infierno rodearle, busco a su alrededor a Jeff, pero este ya no estaba, Nina se retorció en el suelo y vio que su madre y su hermano Chris habían llegado y estaban apagando el fuego, seguía semiconsciente cuando lo apagaron, así que inmediato llamaron a la ambulancia y al llegar muchos vecinos salieron para ver lo sucedido debido a los gritos. Nina cayó inconsciente cuando la pusieron en la camilla y la llevaron a la ambulancia. Entre los vecinos, un chico de cabello negro, tez blanca y ojos verdes, un tanto mayor que Nina le miraba con algo de preocupación, trato de acercarse pero su madre le tomo el hombro. “No Jake, no es seguro” Alego la mujer atrayéndolo hacia ella, el chico observo como metían a Nina a la ambulancia. Nina despertó luego de quedar inconsciente en la ambulancia, trato de moverse pero unas vendas se lo impedían, intento levantarse pero de inmediato una enfermera entro con su madre y su hermano. “Será mejor que te quedes quieta, no estás en capacidad de moverte” dijo la enfermera recostándola de nuevo, su madre y su hermano se acercaron y le alentaron un rato, mientras Nina se mantenía el otro lado totalmente distinto, ya que solo veía a su madre como alguien más, y su hermano…tenía que admitirlo, seguía siendo su único tesoro. Paso un mes de recuperación, Nina recibió mucho apoyo de su madre y su hermano. Llego el día en que le quitarían las vendas, su madre y su hermano estaban ansiosos por ver su rostro, Nina igual, por suerte, conservaba su rostro intacto ya que no se quemó demasiado. “Bien señorita Nina, las quemaduras no fueron graves, hubiese durado más y hubiese perdido parte del rostro incluyendo su nariz, pero no duro mucho quemándose, lo cual no causo gran daño” dijo el doctor listo para quitar la última venda, dejo ver el rostro de Nina, la madre de Nina le miro con horror mientras su hermano se ocultaba detrás de su madre. “¿Qué…? ¿Qué pasa?” exclamó Nina levantándose y yendo al baño corriendo, y se observo en el espejo, su rostro…era todo lo contrario al de antes. Su piel se había vuelto blanca totalmente, su cabello que le llegaba hasta la por encima de las rodillas ahora estaba a mitad de la espalda, aparte de negro y chamuscado, su piel era rasposa casi como el cuero. Observo perpleja su nuevo rostro. “Her-hermanita…” le llamo Chris abrazándola “t-te sigues viendo igual de bonita que antes” pero el niño no sólo mentía porque su cuerpo estaba chamuscado y pálido, si no por ese mirar penetrante y perturbador, con el cual la chica miro a su joven hermano y se puso de cuclillas a su altura. “Oh Chris~…tu siempre tan complaciente…” alegó Nina sin dejar de mirarle de aquella de forma tan perturbadora “pero no es asi…¡¡¡ME VEO MAS HERMOSA QUE NUNCA!!!” exclamó la joven abriendo los brazos y dejando a, no sólo su madre y hermano perplejos, sino también a los doctores y enfermeras “este rostro…¡es perfecto!, ¡oh mi querido Jeff!, ¡EL ME DIO ESTE ROSTRO!” continuo gritando la chica. “Do-doctor…mi hija está bien” pregunto su madre acercándose al doctor. “Bueno, suele pasar cosas así tras una gran cantidad de calmante, pero si no mejora, tráigala para hacerle un examen mental, ¿si?” anuncio el doctor. “Sí…” alego débilmente su madre acercándose a Nina “vamos cariño…ya hay que irse” le anuncio está tomándola de los hombros. “¡¡¡Hahahaha!!! ¡Claro…!” exclamó Nina sin dejar de mirar su horrible rostro en el espejo. La enfermera le entregó su ropa que era su chamarra morada con su falda de cortes negra y sus medias de rayas negras con vinotinto. Nina se vistió y salieron del hospital camino a su casa, sin saber…que Nina se había convertido en un mounstro que solo pensaba en matar a sangre fria. Llegaron a la casa y Nina no dejaba de mostrar esa sonrisa torcida, en eso Nina se enfocó en la casa de al frente, y notó que por la ventana de la casa se asomaba un chico de cabellos negro y ojos verdes, el chico sostenía su boca observando el desfigurado rostro de Nina, ésta le miro por unos instantes y se puso el dedo índice en la boca en forma de silencio y seguido entro a la casa. Esa noche la madre de Nina se despertó escuchando sollozos provenientes de algún punto de el pasillo, su madre se levanta y se asoma por este y ve la puerta y la luz encendida del cuarto de Nina, camina sigilosamente, y al llegar a la puerta, observo el horrible festival de sangre que sostenía la joven chica. Nina tenía un cuerpo con varios intestinos fuera enzima de la cama, el cuerpo era de una chica de cabellos rubios y esta era muy bonita, pero en donde estaba no se veía así. Nina estaba encima suyo, con un cuchillo de cocina en mano, con todas sus ropas manchadas de sangre y mirando el techo. “Ella solía atormentarme en el colegio…” alego Nina mientras mantenía la mirada al techo “mami…¡soy más hermosa que nunca!” Exclamo Nina volteando a ver a su madre, su rostro…era peor, su sonrisa chueca y mal cortada hasta las mejillas, sus ojos estaban cocidos para mantenerlos bien abiertos “me canse de las farsas, me canse de llorar y sufrir…ahora siempre sonreiré y siempre veré mi hermoso rostro…el rostro que me otorgo Jeff… ¿no soy hermosa mama?” pregunto la chica de forma sínica. La madre de Nina no pudo evitar dar unos pasos atrás mientras negaba con la cabeza. “No…Nina tu…te has vuelto un mounstruo…todo esto era por tu obsesión por ese asesino…yo…” alego está empezando a correr por el pasillo. Nina ágilmente siguió a su madre “¡¡¡me matan de diversión cuando corren!!!” exclamó mientras seguía a su madre, ésta fue a correr al cuarto de Chris para despertarlo, pero apenas iba a tomar el pomo, Nina atravesó el cuchillo en el cráneo de su madre, tirándola de inmediato al suelo. “Es una lástima que mami no crea que soy hermosa…que triste” alego Nina sacando el cuchillo de la cabeza de su madre. Chris en su habitación, estaba inquieto, se sentía en peligro, se movía y se movía buscando acomodarse, pero nada resultaba, en eso, Nina abre la puerta dejando ver su sombra, Chris se quitó las sábanas de encima para ver a su hermana, y debido a la luz no pudo distinguir su rostro, pero si el cuchillo. Chris se alarmo y se acurruco en su almohada. “Chris~…” Alego Nina dejando verse hacia Chris, el cual dejo escapar un pequeño gemido de horror al ver la cara de Nina “¿verdad que soy hermosa?” alego está inclinando la cabeza de un lado. Chris asintió con miedo mientras se cubría con las sábanas. “Oh vamos Chris…yo no te haría nada~” alego Nina ocultando su mano mientras cruzaba los dedos “¿Sabes?…me siento más nueva que nunca, y empezaré una nueva vida…¿quieres venir conmigo?” anunció Nina acercándose más a él. Chris de nuevo asintió “Oh~…buen niño…ahora si quieres acompañarme…sólo debes ir a dormir mi príncipe”. Nina pateo la puerta de la entrada de la casa cargando a su hermano en su espalda, Chris estaba muerto, con una tétrica sonrisa de payaso y los ojos con algo negro bordeándole, le había quemado los parpados, se encontraba cubierto de sangre y con múltiples apuñaladas. Nina dio unos pasos en la entrada y fijo su mirada en el chico de hace un rato, esta vez traía una camisa blanca y Jeans blancos, miraba un libro, pero por mera curiosidad volteo encontrándose con la horrible escena de Nina. “Vaya Chris~…parece que alguien sabe más de lo necesario…vamos a ponerlo a dormir” alego Nina caminando a la casa de enfrente.
Durante mi niñez, mi familia era como una gota de agua en un gran río; Nunca permanecíamos en un solo lugar por mucho tiempo. Nos mudamos a Rhode Island cuando tenía 8 años, y permanecimos ahí hasta que fui a la Universidad en Colorado Springs. La mayoría de mis memorias son de cuando vivía en Rhode Island, pero hay fragmentos en mi mente de los muchos hogares en los que habite, cuando era mucho más joven.
La mayoría de estas memorias son poco claras y sin sentido – Como el perseguir a otro niño en el patio de una casa en Carolina del Norte, intentar construir una balsa detrás de un departamento en el que viví en Pennsylvania, y cosas como esas. Pero hay un puñado de memorias que permanecen tan claras como el vidrio, como si hubiesen ocurrido ayer.
Vivíamos en una casa en las afueras de la bulliciosa ciudad de New Vineyard, Maine. Era una casa grande, en especial para una familia de tres. Había una serie de cuartos que estaban totalmente desocupados, a los cuales no entre durante el tiempo en el que viví en esa casa. Supongo que era un desperdicio de espacio, pero era lo único que pudo rentar mi papa que le quedar cerca de su trabajo. Recuerdo que, en el día después de mi cumpleaños, tuve una fiebre tremenda. El doctor dijo que tenía Mononucleosis lo que, para mí, significaba más fiebre y no poder salir a jugar por al menos tres semanas. Era un momento terrible para estar atado a la cama; Estábamos empacando para mudarnos a Pennsylvania, y la mayoría de mis cosas ya estaban dentro de cajas, dejando mi cuarto casi vacío. Mi mama me traía agua mineral y libros varias veces al día, los cuales servían como único entretenimiento durante estas semanas. No recuerdo exactamente como conocí al Sr. Bocón. Creo que fue una semana después de que diagnosticaron la Mono. Mi primera memoria de la pequeña criatura fue de cuando le pregunte su nombre. Me dijo que lo llamara Sr. Bocón, porque tenía una boca enorme. De hecho, ahora que lo pienso, todo en su cara era enorme en comparación a su cuerpo- Su cabeza, sus ojos, sus arrugadas orejas-. Pero su boca, sin duda era lo más grande. “Te pareces a un Furby”, le dije mientras miraba uno de mis libros. El Sr. Bocón se detuvo y me miro extrañado. “¿Furby? ¿Qué es un Furby?” – Me preguntó. “Tu sabes… El juguete peludo con orejas enormes, lo puedes acariciar y alimentar, casi como una mascota real.” “Oh!.. Tu no necesitas uno de esos. No es lo mismo que tener un amigo real”. Recuerdo que el Sr. Bocón se desaparecía cada vez que mi mama iba a mi cuarto a revisarme. Se ocultaba bajo mi cama y me decía: “No quiero que tus papas me vean, tengo miedo de que ya no nos dejen jugar juntos”.
No hicimos mucho durante los primeros días. El Sr. Bocón, solo veía mis libros, fascinado con las imágenes e historias. Por ahí del tercer o cuarta noches desde que lo conocí, me despertó con una gran sonrisa en su rostro. “Vamos a jugar un nuevo juego”, me dijo. “Pero tenemos que esperar hasta después de que tu mama venga, porque es un juego secreto”. Después de que mi mama me trajera más libros y refresco, a la hora de siempre, el Sr. Bocón se deslizo desde debajo de la cama y tomo mi mano. “Tenemos que ir al cuarto que esta al final del pasillo”, me dijo. Me negué al principio, pero el Sr. Bocón, insistió hasta que cedí. El cuarto en cuestión, no tenía ni muebles ni tapiz. Lo único que lo distinguía era una ventana del lado opuesto a la puerta. El Sr. Bocón corrió a través del cuarto, y le dio un firme empujón a la ventana, dejándola un poco abierta. Entonces, el, me insistió en que mirara hacia el piso, afuera. Aunque estábamos en el segundo piso de la casa, la caída era más alta debido a que estábamos en una colina. “Me gusta jugar a fingir aquí”, me explico el Sr. Bocón. “Finjo que hay un suave y enorme trampolín allá abajo, y brinco. Si lo crees con todas tus fuerzas, vas a ver qué rebotas hasta acá arriba, como una pelota. Quiero que lo intentes!” “Es muy alto”, le dije.
“Pero eso es lo divertido! No sería tan divertido si fuera una caída corta. De ser así, mejor si rebotaras en un trampolín real!”
Recuerdo haber jugado con la idea; Dejarme caer en el fresco aire, y rebotar en algo que mis ojos no podían ver. Pero el realista en mi, prevaleció. “Quizás en otra ocasión”, le dije. “No se si tenga tanta imaginación. Podria lastimarme”.
La cara del Sr. Bocón se contorsiono con un gruñido, pero solo por un momento. Decepcionado, se metió debajo de mi cama, donde estuvo quieto el resto del día.
La mañana siguiente el Sr. Bocón llego con una pequeña caja. “Quiero enseñarte malabares”, me dijo. “Aquí hay algunas cosas que puedes usar como practica, antes de que te de tu primera lección”.
Mire la caja; Estaba llena de cuchillos. “Mis papas me mataran!”, le grite horrificado de que el Sr. Bocón había traído cuchillos a mi cuarto objetos que mis papas no me dejarían tocar ¡nunca!
El Sr. Bocon gruño. “Es divertido jugar con esto. Quiero que lo intentes”.
Alejé la caja de mi. “No puedo. Me regañaran. Los cuchillos no son seguros para aventarse”.
Las cejas del Sr. Bocón se cerraron, molesto. Tomó la caja con los cuchillos, y se metió debajo de la cama, otra vez durante todo el día. Me empezaba a preguntar que tan seguido se la pasaba debajo de mi.
Desde ese entonces, empecé a tener problemas para dormir. El Sr. Bocón, me despertaba en la noche diciéndome que había puesto un trampolín real debajo la ventana, uno enorme que no podía ver en la oscuridad. Siempre me negué y trataba de volver a dormir, pero el Sr. Bocón persistía. Algunas veces, se quedaba a mi lado hasta el amanecer, animándome a saltar.
Ya no era tan divertido jugar con él. Una mañana, mi mama fue hacia mi cuarto, y me dijo que tenía permiso de ir a caminar afuera. Pensaba que el aire fresco sería bueno para mí, especialmente después de estar confinado a mi cuarto por tanto tiempo. Con emoción, corrí hacia el patio, esperando poder sentir el sol en mi cara.
El Sr. Bocón me estaba esperando. “Hay algo que quiero que veas”, me dijo. Debí darle una mirada fea, porque entonces me dijo: “Es seguro, no pasa nada, te lo prometo”.
Lo seguí hasta un viejo camino que corría a través de los bosques detrás de mi casa. “Este es un camino importante”, me explico. “Tengo muchísimos amiguitos de tu edad. Cuando estuvieron listos, lo lleve por este camino. A un lugar especial. Todavía no estás listo, pero algún día, espero, lo estarás”. Regrese a mi casa preguntándome, que tipo de lugar existía más allá de aquel camino.
Aproximadamente dos semanas después de conocer al Sr. Bocón, empacaron la última carga de cajas en el camión de mudanzas. Me fui adelante con mi papá, en un largo recorrido hacia Pennsylvania. Había considerado en decirle al Sr. Bocón que me iba, pero aun teniendo 5 años, sospechaba mucho de las intenciones de la criatura, a pesar de lo que me decía. Fue por esta razón que decidí no mencionar nada de mi mudanza.
Eran la 4:00 am cuando mi papa y yo estábamos en el camión. Mi papa esperaba llegar a Pennsylvania para la hora de la comida al día siguiente, con ayuda de una larga dotación de café y bebidas energéticas. Recuerdo que se parecía mas a un tipo que estaba a punto de correr una maratón, que un tipo que se la pasaría sentado por un par de días.
“¿Muy temprano para ti, verdad?”
Afirmé con la cabeza, mientras la ponía en la ventana, esperando dormir un poco antes de que saliera el sol. Sentí la mano de mi papa en mi hombro. “Esta será la última mudanza, lo prometo. Sé que es difícil para ti, especialmente estando con esa enfermedad. Una vez que obtenga mi promoción, podremos quedarnos en un solo lugar, y hacer amigos”.
Cuando el camión comenzó a moverse, vi la silueta del Sr. Bocón en la ventana de mi cuarto. Parado, inmóvil, se despidió lastimosamente con su mano. No me despedí...
Años después, regrese a New Vineyard. El terreno donde se encontraba mi casa estaba vacío, a excepción de los cimientos. Resulta que la casa se quemo algunos años después de que yo y mi familia nos fuimos. Por curiosidad, busque el camino que el Sr. Bocón me enseño, y al encontrarlo, decidí seguirlo. Una parte de mi esperaba que el Sr. Bocón saltara sobre mí de repente, y me espantara dándome un infarto, pero tenía la sensación de que el Sr. Bocón, ya no se encontraba en ese lugar, como si de alguna manera el estuviese atado a la casa que ya no existe,
El camino llevaba a uno de los cementerios de New Vineyard.
Al ver muchas de las tumbas, pude darme cuenta que la mayoría, pertenecía a niños no mayores de 9 años.
Continuación no oficial
Recorrí el cementerio entero y no podía dejar de notar todos los niños muertos. Mientras más caminada, más niños habían. Al ver todo el cementerio, volví por donde vine. Mientras iba por ese camino, al igual que cuando iba, tenía el presentimiento de que el Sr. Bocón se lanzaría a asustarme, solo que esta vez era un sentimiento aún más fuerte y más desesperante, ya que pensaba que también querría terminar lo que empezó. Salí del camino, y nada pasó. Así que confirmé lo que antes había considerado. Al parecer el Sr. Bocón sí se había ido con la casa. Al pensar en esto, me fui de ahí, y seguí con mi vida normal, pensando que el Sr. Bocón ya no existía.
Al pasar los años, me gradué de la universidad de ingeniería civil, conseguí una esposa muy buena y trabajadora. Ella es doctora, y aun no tiene su especialidad, ya que al terminar quedó embarazada. Tuvimos nuestra hija. Una niña muy hermosa y saludable. Su nombre es Anabel y ya tiene dos años, y es igual a su padre, igual a mí. Mi esposa empezó la maestría en oftalmología y ya está cursando su 2do año. Sin embargo, algo muy hermoso interrumpió su carrera. Anne, mi esposa, quedó embarazada. Al saberlo mi esposa me lo comentó. Estaba muy feliz, hasta que me dijo algo que estaba pensando. Me pidió que construyera una casa para que viviéramos todos. Ella, yo, y nuestros hijos actuales y los que vendrá. Eso no es nada, estábamos bien acomodados económicamente, el problema era el lugar de construcción. Quería que nuestros hijos pudieran contemplar la misma alegría que yo cuando vivíamos en la casa del Sr. Bocón, pero por supuesto, ella no sabía nada de eso.
Pasaron los días y no podía dejar de pensar en eso, no podía permitir que mis hijos pasaran por eso, pero me di cuenta que no estaba preocupado por eso, sino porque había llegado el momento de enfrentar lo que me había pasado. Al final, pensé que estaba bien mudarnos ahí. Ya que mis hijos no vivirían encerrados como yo lo hacía, sino libres, y con la atención de sus padres. También recordé que el Sr. Bocón se había ido con la casa, y que no molestaría más. Me convencí de eso, y fui hasta mi esposa y le dije que empezaría la casa de inmediato, ya que acababa de terminar el edificio que construía.
Empecé a construir la casa sin cesar, terminé muy entusiasmado por tener una casa propia, que incentivaba a los trabajadores para que se apuraran. Mientras construía, mi esposa dio a luz. Era un bebe muy hermoso, un baroncito. Lo llame Marcos, y al igual que su hermana nació muy saludable. Meses luego, nos mudamos a la casa que construí. Era igual a la otra, cuando yo era niño, pero no tenía ninguna habitación desocupada, era la casa ideal para mis hijos. Al mudarnos, mis hijos se pusieron muy felices, ya que era una nueva experiencia para ellos. Mis hijos crecieron como cualquier otro, con el apoyo de sus padres, y estudiando en una escuela prodigio. Mi hija ya tiene 6 años, y mi hijo tiene 4. Siempre estaba con ellos, ya que tenía miedo que el Sr. Bocón apareciera. Pero mientras más tiempo pasábamos en la casa, más me olvidaba de eso.
Empecé a tener problemas económicos, no vendía nada. Solo nos basábamos en nuestros ahorros, y en el trabajo de Anne. Las cosas se pusieron duras. Y cada vez más difícil. Tenía que estar más presente en el trabajo, incluso en la casa estaba pendiente de eso, y ese fue mi error. Tanto Anne como yo empezamos a descuidar a nuestros hijos, solo pensábamos en dinero. Un día, mientras no estábamos, mi hijo empezó a ver cosas, las cuales les conto a mi hija, que desde ahí también empezó a verlas. Eso que veían era mi pesadilla más grande, El Sr. Bocón. Poco a poco se gano la confianza de mis hijos, igual que a mí. Pero mis hijos no fueron tan fuertes como yo lo fui.
Un día fui a buscarlos a su habitación, ya que tenía mucho sin estar con ellos, y necesitaba su cariño. Entre a la cuarto y no estaban. Los busque por toda la casa, de pie a cabeza, no los encontré. Ahí me recordé de lo que había pasado. Desesperadamente fue hacia el cementerio que el Sr. Bocón quería llevarme. Al entrar vi que todo estaba igual, pero desesperado recorrí el cementerio buscando a mis hijos y al Sr. Bocón. Desde lejos, pude ver dos tumbas separadas de las demás, y encima de ellas estaba el Sr. Bocón. Fui corriendo rápidamente y al llegar, él me dijo:
“¡Tarde! ¡Muy Tarde! Lamento que tuve que hacer eso, es que no me diste otra opción. Pero… Alguien tenía que sufrir las consecuencias de tus actos. Cuando te fuiste aquel día, si quiera sin despedirte… Nunca me olvide de ti ¿Sabes? Incluso cuando veía mientras destruían mi casa. No podía dejar de pensar… Como fuiste el único niño que se escapó de mis manos. Tenía que hacer algo… Y tus hijos fueron el mejor remedio que pude pedir”
Al decirme todo esto, fui hacia él corriendo muy enojado y lo intenté agarrar. Pero al toparlo traspasé su cuerpo como si fuera una ilusión. Y volteándose hacia mí desapareció. Al volver a la casa, le dije a Anne lo sucedido. Y al ver la tumba de los niños me creyó. Destruí la casa y le dije a todo el mundo lo sucedido. Me entraron a un manicomio, mientras que a mi esposa le dejaron libre. Pase los siguientes años de mi vida lamentando todo lo pasado. Pensaba en mis hijos, en mi esposa, mis padres, en el Sr. Bocón. Son cosas que no podía dejar de pensar. Pero algo frustrante me preocupaba, tenía miedo de que alguien volviera a construir una casa en ese lugar.
Pasaban los años, y mientras Anne me visitaba nada pasaba con la casa, seguía destruida, tal como la dejé. Mi vejez se acerca, pero no me preocupo por eso. Solo me alegra que no tenga que revivir lo sucedido. Pasan los años, ya tengo mil arrugas en todo el cuerpo. Mi muerte se está acercando, ya lo vengo sintiendo desde hace mucho. Aun no se lo comento a Anne, no quiero preocuparla. Ya siento que la hora llega, siento como mi cuerpo no da para más. Me sentía feliz, ya que el Sr. Bocón nunca aparecería de nuevo. Tenia mucho sin tener decepciones, pero creo que la vida quería darme otra antes de morir.
Anne llegó, muy triste al parecer. Supuse que le entristecía mi muerte, y era cierto. Pero nada le entristecía más que decirme la verdad. Me miró a los ojos, y segundos antes de morir y sentir como la vida se me escapa me dijo:
“Lamento decirte esto mi vida. Pero en el lugar de nuestra casa construirán un orfanato. ¡Lo Siento!”
Nunca pude superar esto, morí sabiendo que miles de niños iban a morir, igual que mis hijos. Igual como debí hacerlo yo.